Sunday, December 19, 2010

Festschrift por Juan Rodríguez Soriano, pediatra


El New England Journal of Medicine publica desde hace mucho tiempo homenajes académicos (festschrift) a las figuras de la medicina desaparecidas recientemente, o en trance de hacerlo. Nunca pensé tener que aproximarme a una situación así cuando trabajaba para, o junto a, Juan Rodríguez Soriano en unos lejanos ya años 70.

Este pasado viernes 17 de diciembre tuve la oportunidad de asistir a la Jornada académica conmemorativa que se celebró en el Salón de Actos del Hospital de Cruces en Vizcaya, donde Juan ejerció durante más de treinta años.

Para mi ha sido una introducción rápida en el túnel del tiempo y no sólo simbólicamente.

Inicié el viaje a las primeras horas de la madrugada, a obscuras para no despertar a quienes comparten mis noches, desde un garaje igualmente oscuro, para luego conducir 50 minutos por una autopista desierta y nocturna hasta el aparcamiento del aeropuerto. La terminal del aeropuerto aún no se había despertado y muchas de las luces permanecían apagadas. El tubo del “finger” de la puerta de embarque estaba poco iluminado como lo estaba el propio avión. Tres cuartos de hora mal contados me depositaron en el aeropuerto de Sondika, ahora Loiu, cuando apenas apuntaban las luces del día en un cielo plomizo. Un trayecto en autobús que atraviesa los túneles de Artxanda se añadieron a la imagen, como inmediatamente después el tubo del Metro.

Al llegar a Cruces ya estaba lloviendo.

En el salón de actos ya había comenzado la sesión y reinaba una semipenumbra sobre la que presidía una foto del Dr. Rodríguez Soriano en la pantalla.

La “Jornada Científica in memoriam Profesor Juan Rodríguez Soriano” costó de dos partes: una primera titulada Avances en Pediatría y Nefrología en la que intervinieron sucesivamente el Prof. Serafín Málaga, actual presidente de la Asociación Española de Pediatría quien habló de la Pediatría como especialidad y los retos actuales, el Dr. García Nieto, nefrólogo e historiador que trató de la Historia de la Pediatria y la Nefrología pediátrica durante el último siglo, y el Dr. César Loris quien hizo una semblanza del profesor Rodríguez Soriano.

El Profesor Juan Rodríguez Soriano fue Jefe del departamento de Pediatría del Hospital de Cruces durante más de treinta años. Licenciado y doctorado en Barcelona realizó extensos estudios de postgrado en París y más adelante en el Albert Einstein Hospital en Nueva York. De ese período destacan sus aportaciones al estudio de la función renal y sus aportaciones sobre la acidosis tubular renal que le dieron renombre mundial. Catedrático de Pediatría dirigió los estudios de la asignatura y de postgrado en la Universidad del País Vasco desde su fundación.

La segunda parte la ocuparon las presentaciones de la líneas de investigación en marcha en el Hospital de Cruces a cargo de los Drs. P. Martul (Endocrinología). A. Valls (Neonatología), P. Sanjurjo (Metabolismo), JC Vitoria (Gastroenterología), A. Navajas (Oncología), L. Castaño (Diabetes) y G. Ariceta (Nefrología).

Cerró el acto una proyección de fotos conmemorativa y unas palabras de agradecimiento por parte de la familia del fallecido. Todos los ponentes hicieron, desde sus diferentes ámbitos y puntos de vista una emotiva aproximación a lo que el Prof. Rodríguez Soriano había representado en sus vidas y, muy particularmente, sus aportaciones a cada uno de los ámbitos de investigación. La opinión unánime fue de que con el fallecimiento del Prof. Rodríguez Soriano se pierde una figura señera de la Pediatría y de la Investigación Pediátrica en España, creador de una escuela de práctica profesional asistencial e investigadora proyectada ya hace tiempo hacia el futuro.

El profesor Rodríguez Soriano ha sido probablemente el más importante pediatra español del pasado siglo, con mayor repercusión en el país y en el extranjero y una figura que deja una imborrable huella en quienes trabajaron con él y de él aprendieron.

El acto concluyó con notables muestras de emotividad por parte de muchos de los asistentes, conscientes de que con la muerte del Profesor Rodríguez Soriano se cierra una etapa histórica de enorme relevancia para la Pediatría.

Una comida de hermandad con los antiguos alumnos y colaboradores concluyo la jornada.

De nuevo los túneles del metro, los de Artxanda hasta el aeropuerto, los “finger” tubulares de acceso al avión, el vuelo nocturno, el nuevo túnel del “finger” a la llegada, el cavernoso aparcamiento de la terminal y los últimos tres cuartos de hora por una autopista desértica y oscura me devolvieron a mi casa.

El sol mediterráneo brillante de la mañana siguiente acrecentó la sensación de que la jornada anterior había sido un viaje en el túnel del tiempo. Hacía ya treinta y tres años de cuando le dije a Juan Rodríguez Soriano que me marchaba, que dejaba mi puesto en la UCI pediátrica que había creado cinco años antes en busca de otros destino y aventuras.

El túnel del tiempo me devolvió a un punto desde donde considerar todo lo que pudo haber sido y no fue, todo lo que destino y fortuna me había deparado durante todos esos años. Juan Rodríguez Soriano había sido quien me había acogido y proporcionado mi primer destino profesional y quien, con su empuje, me proyectó hacia lo que pude llegar a hacer en el ámbito de la Pediatría. Eso sí, desde otros puntos geográficos. Con su desaparición se cierra toda una etapa de dedicación profesional para muchos de quienes siguieron o se incorporaron a trabajar con él. Y también para los que de él recibimos un impuso decisivo.

La memoria de Juan Rodríguez Soriano perdurará para siempre en todos nosotros.

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