Saturday, October 25, 2008
Desempleo / Unemployment
La primera imagen expone una realidad de 1929. La segunda, en octubre de 2008, nada más anuncia una posibilidad, justo sobre el monumento a Franklin D. Roosevelt en Washington DC. Y mi presencia en la línea no es más que un gesto de solidaridad. Para bien o para mal, soy funcionario del estado y la posibilidades de que me vea en la cola del paro son escasas. No tanto que me vea forzado a dejar mi puesto de trabajo sino porque, por razones de edad y por las incongruencias del organismo que me emplea, bien podría encontrarme en la calle cualquier dia entre ahora y finales de este mes.
A pesar de la que está cayendo, la situación del empleo y el trabajo es notablemente distinta, en el espacio y en el tiempo. Nada es comparable: ni lo que sucede ahora en Estados Unidos con lo que pasó hace ochenta años, ni lo que pasa allí con lo que ocurre en Cataluña, ni mucho menos la realidad de España al final de la dictadura de Primo de Rivera con la España postindustrial de principios del siglo XXI.
La crisis del 29 dejó en los EEUU a 35 millones de trabajadores en paro. Ahora se sufre porque el desempleo ha subido un par de puntos porcentuales. En Catalunya ha subido más que eso, aunque tampoco es comparable la situación cuando aquí existe un seguro de paro que no es ni soñable en EEUU, a no ser que pertenezcas a alguna organización sindical muy potente.
Como potentes eran las organizaciones sindicales catalanas (españolas) CNT y UGT en los años treinta que, por cierto, no consiguieron una universalización del seguro de desempleo, cosa que no llegó hasta que la dictadura franquista y Jose Antonio Girón se dieron cuenta que para controlar a los obreros no se les podía matar a todos y que algún subsidio habria que generar a cambio.
El desempleo en España va a alcanzar cifras de dos dígitos antes de final de año. Pero no es lo mismo que antes. Cuando sobre el papel el desempleo en España era del 10% de la población activa a principios del siglo, el país se permitió acoger hasta 3 millones de inmigrantes que, por supuesto, encontraron empleo: de inmigrante sin trabajo se aguanta poco; reemigran a otros destinos.
Los puestos de trabajo estaban ahí. Cuando en todos los establecimientos de hostelería de Barcelona no encontrabas más que camareros sudamericanos, no había más remedio que preguntarse que a dónde habían ido a parar los autóctonos que hasta entonces hacían esos menesteres. ¿Estaban todos vendiendo pisos? ¿O diseñando software?
Son estos inmigrantes son los que estan perdiendo los empleos actualmente.
La encuesta de población activa (EPA) dice que hay 38 millones de personas en situación de trabajar. Pero la población ocupada es de 20 millones, 18 millones menos (datos de INE en septiembre 2008), la asalariada la componen 16 millones y la realmente desocupada 2.6 millones.
O sea que de los 18 millones de desocupados, es decir, que no trabajan, en paro sólo hay 2.6 millones... ¿Y los otros 15.4 millones?
No seré yo, ni ahora, quien explique esas diferencias. Pero creo que hay que ejercer una cierta prudencia al hablar de desempleo, tanto cuantitativa como cualitativamente y no establecer comparaciones con el desastre de la Gran Depresión o la situación en la propia Europa en los años 30.
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