Friday, August 26, 2022

Wednesday, August 24, 2022

Migraciones y sociedad. Un fenómeno social

(Texto de 2019, vigente aún)
Cuando todo indica que, en la maraña de la realidad, te encuentras en la coherencia de lo que tu crees
con lo que, también tu, puedes observar, te aproximas a la razón. Cierto es que lo que observas puede ser
erróneo o, al menos y casi siempre, parcial. La percepción tiende a hacerse selectiva y acomodar lo que
percibimos a lo que pensamos. Ahí puede fallar la crítica y desviarnos de la realidad o hacernos caer en
errores notables.
A veces el recurso puede ser la comparación de lo que ideamos con lo de otros. Y, sobre todo, si esos
otros son muchos. El poder de lo que piensa la mayoría es innegable. Pero también sucede que las
mayorías yerran. O porque no tienen la información, o porque se les ha ofrecido sesgada o, también,
porque en determinados momentos históricos grandes mayorías tienden a instalarse en el error. Entonces
es cuando el disidente es marginado.
Irremediablemente hay que moverse hacia situaciones o casos concretos, en el espacio y en el tiempo.
Una situación actual es la proliferación en Europa de fenómenos de lo que se conoce como “populismo”,
y que se percibe como indeseable.
Parecería como si ofrecer a la gente lo que la gente prefiere no debiera ser malo. Sin embargo, el
recurso a los sentimientos llamados “más bajos” conduce a catástrofes. La altura o la bajura de esos
sentimientos varía según sean exclusivos, excluyentes, condicionados por pequeñeces de la vida diaria,
contrapuestos a otros más amplios, abiertos, universales, compartidos y compartibles, transtemporales.
Los movimientos populistas europeos se mueven en la línea de una defensa a ultranza del status quo y
una limitación de los fenómenos migratorios que se han ido desarrollando en los últimos dos o tres
decenios. 
Las migraciones, fenómenos históricos al parecer eternos, pues se pueden datar a los que
expandieron la humanidad desde el África oriental a los cinco continentes, no van a ceder.
Ahora pueden ser un efecto de rebote del eurocentrismo. La civilización occidental, a lo largo de una
historia de siglos y tremendos altibajos, ha consolidado un modelo social y cultural que ha resultado
hegemónico. Su éxito tiene orígenes diversos, pero su característica más básica, más profunda, es que
responde a un modelo “democrático”: una sociedad en la que las decisiones, o la menos una buena parte
de ellas, son compartidas por una mayoría de la población. De ellas, las más importantes en cuanto a que
cohesionan más a la población son la medidas, las fórmulas de protección social. Eso incluye la
protección del individuo, especialmente ante el infortunio. Las cargas de la pérdida de la salud, la
decrepitud, la ruina económica o el desvalimiento, se comparten en un sistema de socorro mutuo
organizado para toda la población y que lleva 100 años funcionando. A eso hay que sumar las
generalmente garantizadas prestaciones a la regularidad en el empleo, el acceso a la vivienda y a los
bienes en general. No debe , por tanto, sorprender que todo ello ejerza un efecto llamada poderoso.
La revolución industrial se vio acompañada del establecimiento de relaciones comerciales a todo lo
largo y ancho de Europa. Con ello y, especialmente para las clases privilegiadas de comerciantes y gente
(“hombres”) de negocio, se fueron construyendo una serie de modas, de recursos, de comportamientos y
rutinas que, originadas en la Inglaterra victoriana y, a la vez, en núcleos de poder centroeuropeos. Así se
materializaron, inicialmente en los establecimientos de hostelería y consecuentemente en los domicilios,
una serie de rutinas que gradualmente se han ido universalizando y que constituyen lo que puede llamarse
el “European Standard Way of Life”. En un breve resumen incluye: horarios de comidas, trabajo y ocio,
disponibilidad de recursos para la higiene personal, transporte en vehículos automóviles por tierra mar y
aire, culturalización del ocio en espectáculos como el teatro, la ópera, el cine o los eventos deportivos.
Europa es levantarse por la mañana de una cama con colchón y sábanas. Cubrir las necesidades
higiénicas en una dependencia anexa con agua corriente caliente y fría. Desayunar, es decir romper el
ayuno del sueño nocturno, con alimentos diversos y bebidas nutritivas como la leche y estimulantes como
el café o el té. Vestirse con ropa de varias piezas, interiores y exteriores, estandardizadas para los hombres
desde hace más de 100 años en una pieza superior o chaqueta y otra inferior o pantalón, con la máxima
veleidad de variar la amplitud de las solapas o la de las perneras, acompañadas de una pieza tan ridícula
como la corbata como signo de formalidad (!). (Las mujeres pueden permitirse otras veleidades
sartoriales, pero hay toda una tendencia a “masculinizar” los atuendos). Desplazarse al lugar de trabajo u
ocupación en algún vehículo que se mueva solo: automóvil, individual o colectivo como el tren, el metro
o los autobuses. El trabajo está sometido a un horario específico que hay que llenar con actividad, haya o
no requerimiento de esfuerzo. También disponer de dos días de cada siete para el ocio o los asuntos
privados y de varias semanas al año de vacaciones durante las que se continuan percibiendo los
emolumentos que el trabajo genera si se trabaja por cuenta de otro.
Cualquier viajero espera y exigirá unos estándares en las instalaciones de hostelería en cualquier lugar
del planeta. En los “caravansarai” del mundo del siglo XXI no basta con un rincón donde echarse a
descansar al abrigo del viento y de la arena del desierto y agua para los camellos. Se requiere una
habitación con cama, ropa limpia, cuarto de baño y acceso electrónico a las comunicaciones. Un armario
para ropa y pertenencias, una mesa y un asiento y una mesilla al lado de la cama donde dejar el reloj, las
llaves y el billetero (para las tarjetas de crédito). KWW = keys, watch and wallet). Se exige porque, más
pronto o más tarde, todo ello se va incorporando a la vivienda de cada cual. Da lo mismo que el
“businessman” sea hindú, norteamericano, japonés o argentino. Lo que quiere es el estándar europeo. Del
Ritz o del Hilton. O que se le aproxime, que es lo que acaban ofreciendo las grandes cadenas de hoteles
en el mundo entero.
Es una parte de la “globalización”. Globalización es un anglicismo o, más bien, un americanismo.
Fuera mejor mundialización o universalización porque la idea de “globo” para describir el planeta parte
de una figura geométrica esférica pintada con el mapamundi. En español y en otros idiomas, los “globos”
están vacíos. Lo que en inglés se llaman “balloons”, en otros sitios se reserva a los de futbol u otros
deportes. Pérdidas en la traducción (“lost in translation”) y el peso de la anglificación. El imperio
británico se vio sucedido por el norteamericano y, aunque y como decía Oscar Wilde, Inglaterra y Estados
Unidos son dos países separados por un idioma común, han instituido esa lengua como la común del
imperio, como lo fue el latín hace 2000 años. Globo, entonces.
No está claro si lo que quisieran todos los emigrantes del mundo mundial es irse a vivir a Ginebra
(aunque muchos lo han hecho ya: el cantón de Vaud del que Ginebra es capital, acoge actualmente un
37% de población extranjera). Ni que Ginebra precisamente sea el epítome de la calidad de vida. Entre
otras cosas, Ginebra y la mayor parte de Centroeuropa tiene un clima hostil que obliga a sus habitantes
que puedan permitírselo, a huir hacia climas más benévolos en sus vacaciones. También se ha dicho que
precisamente ese clima, que obliga a la reclusión, es el que ha favorecido la cultura de trabajo y la
aceptación de su disciplina que han dado lugar al desarrollo de la cultura europea. Parece que debe ser
algo más. Como tampoco puede atribuirse al calvinismo cuando la laboriosidad antecede a la Reforma
protestante en unos siglos. Singapur y la bahía de San Francisco son modelos de desarrollo que no
parecen depender del clima ni de la religión.
La calidad de vida es otra cosa. Puede aprovechar condiciones preexistentes como el clima, la
orografía, la demografía o, incluso, la historia. Pero en todo caso, la calidad de vida es una construcción
cultural, con una miríada de componentes aportados por varias generaciones. Y la búsqueda de la calidad
de vida puede ser un ejercicio, una aventura para toda la vida.
Una nota en referencia a la composición de los contingentes de inmigrantes: The Economist muestra
con datos que los inmigrantes africanos no proceden de los ámbitos más empobrecidos y marginales. Los
seminómadas de Niger o los que viven en chozas al norte de Benin no tiene ni la oportunidad de emigrar.
Los contingentes más numerosos proceden de ámbitos urbanos como Lagos, Marrakech, Bamako o Dakar
y tienen recursos personales y también económicos para emprender el camino proceloso de la emigración.
La mejorías económicas y educacionales de la población de países emisores de emigrantes, dice The
Economist, no va a disminuir el flujo de la gente. Al contrario, le da una mejor idea de dónde están y a
dónde pueden llegar, estimulando la emigración. Algo parecido puede decirse de la emigración desde los
países del Este europeo o de Centro y Sudamérica hacia los Estados Unidos. Otra situación migratoria, de
la que hay menos información aunque numéricamente puede ser la más nutrida, es la de la inmigración
desde el subcontinente indio, India y Pakistan, hacia los países del golfo Pérsico.
En resumen: van a seguir viniendo y cada vez más.
Si la oferta que pueden aportar los colectivos y los partidos populistas es que van poder controlar e
impedir la emigración desde países más pobres, no ofrecen mucho. Evidentemente que pueden hacer la
vida difícil para las poblaciones inmigrantes que se han ido incorporando durante los últimos decenios.
Pueden construir murallas físicas o legales y administrativas. Pero difícilmente van a revertir el proceso.
Cierto es que los movimientos migratorios, como los de otros fluidos, están sometidos a variaciones y
vaivenes. Se mueven de donde hay más presión y, también, más volumen, hacia donde hay menos de
ambos. Son flujos que como las mareas, tienen su pleamar y bajamar. Pero no cesan. En España se vio
una reversión del flujo migratorio, principalmente el proveniente de países americanos como Perú,
Colombia y, especialmente, Ecuador. Con la depresión económica, la “crisis” de la segunda década del
siglo, muchos inmigrantes regresaron a sus países de origen. También es cierto que, según numerosísimos
testimonios, el ánimo de los inmigrantes sudamericanos era más bien aprovechar unas oportunidades
laborales, hacer algún dinero y regresar a casa; no de asentarse o integrarse en la sociedad receptora.
Pero eso no es así para los inmigrantes procedentes de países en situaciones muy precarias como son
los africanos. En la mayor parte de ellos no hay nada a lo que o a donde volver. Algo parecido a los
inmigrantes refugiados, procedentes de situaciones de conflictos violentos prolongados y sin visos de
solución.
Por más dificultades que se les pongan, no va a haber barreras que impidan la llegada de inmigrantes.
Ningún partido u organización populista xenófaba ha aportado una idea factible y aceptable que ayude a
modificar la realidad. Como no sea el genocidio, ni se va a ahuyentar a los que están aquí, ni se va a
impedir que sigan llegando. Es posible que evoluciones políticas sitúen en el poder a populistas
xenófobos en algún o en varios países europeos. Valdrá la pena observar la evolución de esos
experimentos y ver cómo se actúa respetando los derechos humanos primarios.
Populismo y xenofobia son indeseables. Quitárselos de encima no es una tarea fácil. No hay más
remedio que intentar desactivarlos restándoles legitimidad, racionalidad y eficacia. No sirven para lo que
se proponen y, aparentemente, no proponen nada más. No hay futuro en sus propuestas, ni propuestas de
futuro.
Lo que toma es convertir la emigración de un problema en una oportunidad. Como ya hemos escrito en
otro sitio:

La inmigración no es un problema, es un acontecimiento (social, político, demográfico,
geográfico, etc.)

El racismo y la xenofobia son un problema. Lo que hay que hacer es evitar que se conviertan en acontecimientos.

Mientras tanto, lo que informan los economistas es que, en los próximos 50 años, Europa necesita entre
200 y 300 millones de nuevos habitantes para mantener tanto el crecimiento demográfico como
económico. Así lo anuncian el envejecimiento de la población y la natalidad, que no alcanza el reemplazo
de la población existente. El aumento de la expectativa de vida incrementa el contingente de población
anciana que necesita que su asistencia la provean los que están en edad de producir. La mano de obra
necesaria, tanto para el mantenimiento de estructuras y servicios como para desarrollar novedades y
progresos, no se alcanza con la población actualmente disponible y su descendencia.
Y dentro de ello, la complejidad del proceso de integración. La integración de las nuevas poblaciones,
su adaptación al más arriba mencionado modo de vida europeo no es simple a pesar de que sea uno de los
factores atractivos al movimiento migratorio. Merecedor de todo un capítulo o ensayo aparte, contiene los
factores de la integración y también de alguna forma de desintegración de la cultura originaria del
inmigrante. Una definición breve de cultura dice que se trata de una realidad constituida por un lenguaje,
una historia, unos conocimientos y unas experiencias comunes para un grupo concreto de población. De
alguna forma el inmigrante se tiene que desprender de su idioma o idiomas (la mayor parte hablan más de
uno), de su historia y de la de su entorno anterior, adaptar sus conocimientos más elementales e incorporar
sus nuevas experiencias. Y no siempre sin un notable desgarro. A la vez puede intentar conservar lo que
entienda como valores propios, algunos de la vida de relación , como las costumbres y la educación o la
urbanidad, y otros del mundo de la trascendencia, como la religión. Integrar y al tiempo, no desintegrar
hasta el desarraigo, no es solo un compromiso del inmigrante sino también de la sociedad de acogida.
Afrontar todo ello con naturalidad compromete a todos, pero muy especialmente a los profesionales del
Trabajo social cuyo ámbito de dedicación incluye tanto la población autóctona como la inmigrante.
Reflexionar, informarse, re-evaluar ideas y sobre todo, mantener el compromiso ético y profesional con
todos y todo es una obligación profesional.
Xavier Allué
Médico y antropólogo


Una mort de pena

El numero 4 de la plaça de Prim de Tarragona va ser el domicili dels meus pares i la meva adreça fiscal uns bons cinquanta anys. L'edifici, singular amb una torre amb un rellotge, fou construït per una empresa d'assegurances a la immediata postguerra, per cert, emprant per a la instal·lació elèctrica material de sur-plus de l'exèrcit d'ocupació de Catalunya. Al solar es trobaren restes romanes, com a tot arreu a Tarragona, incloent-hi una estupenda figura del cap d'una dama. Els constructors van tenir la bona idea d'incloure una reproducció en bronze al portal, amb una làpida que la identifica amb l'emperadriu Annia Caleria Faustina. De petit, quan tornava a casa no tenia gaire clar, en veure l'efígie, si era o no la meva mare. Remodelat l'interior ara fa uns anys, a un dels pisos estan les oficines d'una empresa de seguretat. Un mal dia, un dels empleats de seguretat enfadat per diferències salarials va irrompre a l'oficina i va començar a disparar trets a tort i dret, ferint a quatre persones dels que hi eren.

Fugint i perseguit pels Mossos va mantenir un enfrontament a trets amb la policia, arribant a ferir dos mossos, fins que va ser abatut. Abatut però no mort, ja que duia una armilla antibales. Un dels trets que va rebre al coll li va seccionar la medul·la espinal, rendint-lo tetraplègic sense possibilitat de recuperació, a més d'altres ferides que complicaven la seva situació clínica.

Empresonat i pendent de judici, un temps després inicià els tràmits per una petició d'eutanàsia. Aquest dimarts 23 d'agost s'han complert els seus desitjos i ha mort a l'hospital penitenciari de Terrassa.

Eugen Marin Sabau, conegut als mitjans com "el pistoler de Tarragona" era un personatge peculiar. Romanès d'origen, feia més de vint anys que vivia a Catalunya. Abans de l'episodi de l'atac i l'enfrontament amb la policia, hi havia publicat a les xarxes socials fotografies ventant-se de la possessió d'armes de foc, exhibint-les en actitud desafiant. També havia escrit amenaces a la seva empresa i als companys.

La seva petició d'eutanàsia va generar un complicat conflicte jurídic, ja que, les víctimes dels seus actes criminals ho entenien com una forma d'escapolir-se de les seves responsabilitats sense ser jutjat i condemnat. El recorregut judicial ha arribat al seu final quan els tribunals superior, l'espanyol i el d'Estrasburg han acabat considerant prevalent el dret a morir dignament per sobre de les causes penals d'assassinat en grau de temptativa, lesions i estralls a les quals s'enfrontava.

El procés final de la seva mort s'ha perllongat per la decisió de donar els seus òrgans per trasplantament i els procediments d'extracció.

A Espanya es va abolir la pena de mort fa molts anys, i així figura en la Constitució. Com tants altres aspectes de la "carta magna" de l'estat, no tothom ve d'acord amb això. Sí que es tracta, però, d'una mort de pena, una mala mort que per més voltes que se li donin, no pot deixar satisfet a ningú. Ni les víctimes de l'atac, ni el mateix agressor que volia morir en llibertat, ni els seus defensors, ni els seus jutges i, suposo també, que ni els seus executors.

Una mica esfereïdor veure que en aquest país i aquest segle, a un malfactor, estranger i trastornat, el malferim a trets, no l'hem arribat a jutjar, el matem i ens repartim els seus entralls. Ai!


Xavier Allué

23 agost 2022


Sunday, August 14, 2022

17 d’agost, cinc anys


En recordant els cinc anys transcorreguts des dels atacs terroristes del 2017 a Barcelona i Cambrils, l'inefable Instituto Elcano publica un estudi amb la seva versió de les implicacions d'Estat Islàmic en el atacs. Titulat "...Célula de Ripoll, enlace con el aparato de seguridad exterior de Estado Islámico" després de molts revolts i circumloquis arriba a la conclusió de què "... era possible afirmar que la célula de Ripoll no podía tratarse de una célula integrada en EI,..." i què "...debido al cambio de estrategia para atentar en Europa ...sólo cabía que la célula de Ripoll fuese una célula independiente", amb alguns "tot i quès". En tot el text no hi ha cap referència precisa a l'activitat i personalitat de l'imam Es-saty, els seus antecedents penals per tràfic de drogues, el seu allistament com confident de la Guàrdia civil tan bon punt va sortir de presó i la seva connexió amb agents del CNI fins cinc dies abans dels atemptats. Ni tampoc a la no explicada desaparició de l'imam de qui l'única evidencia trobada de la seva presència al xalet d'Alcanar, destruït per l'explosió el dia abans dels atacs, fou un pedaç d'un document d'identitat al seu nom, segons consta en les actuacions judicials.

L'"Instituto Elcano", oficialment "Real Instituto Elcano", es defineix com " el think-tank español líder en estudios internacionales y estratégicos, y un centro de pensamiento de referencia en Europa y en el mundo". És una entitat privada fundada el 2002 amb persones vinculades a universitats privades catòliques de Madrid que, ves per on, compta com vicepresidenta amb la ministra de Defensa del darrer govern d'M. Rajoy en el moment dels atacs, senyora Mª Dolores de Cospedal. La ministra de Defensa era l'última responsable del CNI i recentment ha estat coneguda per les seves relacions amb el comissari VIllarejo en converses gravades que la vinculen amb la "Operación Cataluña". El director de l'"Instituto" és un obscur personatge de nom Charlie Powell, que podeu adscriure on vulgueu, però que porta "CIA" tatuat algun lloc o altre.

De tot el que va passar aquells dies s'ha escrit molt, inicialment i després en edicions successives, una bona part d'elles destinades a embolicar la troca i eludir responsabilitats possibles de l'estat espanyol. El tractament judicial, de fet, el judici dels responsables directes supervivents, no han aprofundit en els aspectes organitzatius dels atacs. De l'imam de Ripoll es podria dir allò de què "encara el busquen" si no fos per què no, no el busquen, no fos que, en trobar-lo ens aportés alguna sorpresa.

Qui vulgui saber què va passar aquell agost d'ara fa cinc anys, ho pot trobar detallat a la premsa dels primers dies. De com la tragèdia va colpejar les Rambles primer, l'assassinat d'una altra persona per robar-li el cotxe, l'atac a gavinetades a Cambrils que ferí de mort una altra víctima i la resolució policial amb la mort a trets dels responsables i les subsegüents detencions. De com el poder constituït per la Generalitat de Catalunya se'n va fer càrrec de les actuacions de forma totalment autònoma i eficaç, mentre el "gobierno del estado" mig despertava de la migdiada estival i el seu president arribava a Barcelona quan tot s'havia acabat.

S'han de repassar les declaracions de les primeres hores, quan un experimentat membre de les forces d'ordre públic va dir que allò feia molta pudor d'un atac de "falsa bandera" i altres van revelar els vincles de l'imam amb el CNI.

Després van aparèixer els "spin doctors" i tota la informació es va barrejar en una cerimònia de la confusió, per tal d'evitar treure l'entrellat d'un dels afers més greus que han afectat el nostre país.

Altra informació romandrà oculta per lleis de secrets d'estat vergonyants. O altres de prudents. Una part te a veure amb els explosius que es pensaven utilitzar. Tot depén de la disponibilitat. Un dels explosius més emprats és l'amonal. És com a més barruer o "pagés": només cal adob nitrat que el pots trobar a qualsevol cooperativa agrícola i gasoil de tractor. El que volíen emprar els jihadistes de Ripoll/Alcanar és un explosiu com més "pijo", el TATP, triperòxid de triacetona, es fa amb aigua oxigenada i acetona de treure l'esmalt de les ungles. També disponibles a qualsevol drogueria, parafarmàcia o supermercat. El truc està en el detonador, no fàcil de trobar i vigilat, ves per on, per la Guàrdia civil. El TATP és una mica malparit doncs te una certa i desagradable tendència de explotar-te als morros mentre el manipules, com els hi va passar a Alcanar. Es clar que també pot ser que peti, no per un error, sinò per una voluntat perversa. Hi ha el testimoni d'un automóvil allunyar-se a gran velocitat del xalet d'Alcanar pocs segons abans de la detonació. Podía ser es-Saty, traint als seus acòlits, o algú altre, com algun membre operatiu de serveis més secrets i d'intencions variades.



A la mani del dia 26 de rebuig als atemptats sota l'slogan "No tenim por" va anar tothom, però no va seguir-la tothom. Van haver crids en contra del rei i del govern de l'estat. La vicepresidenta Soraya Saez de Santamaría no va resitir i per aquest motiu o un altra, va acabar vomitant sobre un fanal del Passeig de Gràcia i se la van endur amb una ambulància. 

A les fotos adjuntes de Flicker, publicades a Vikipèdia es veuen les cares circunspectes de la presidència de l'acta amb un detall, però: la de la senyora de Cospedal y la rialla oberta del ministre d'Interior Zoilo. Interpretacions obertes.


La Mesa del Congrés espanyol va vetar l'iniciativa per obrir una comissió d'investigació dels fets. La justícia (espanyola) va decidir fa temps donar-li el tradicional "carpetazo" que espera que el temps ajudi a oblidar-ho tot. Però els familiars de les víctimes, les dels botxins i alguns més no ho oblidarem mai.


Xavier Allué

Agost 2022


Tuesday, August 09, 2022

Ens han declarat la guerra II




Emprar el títol d'un article dues vegades i numerar-lo és una mostra de vanitat. Sembla com que l'autor espera que algú s'hagi llegit l'anterior i què, a més, l'hagi encuriosit el tema. Ignora que no hi ha res més antic que el diari d'ahir. També és un abús vers l'editor, com una amenaça de què, fins i tot, es pugui esdevenir en una sèrie.

Si a un cercador de la Internet poses la paraula "guerra" seguida dels dos palets que fan el número dos en la numeració romana, de seguida et suggereixen la Segona Guerra Mundial, la guerra més enorme i més extensa que s'ha conegut a la història.

De la Segona Guerra Mundial, ara en fan, més o menys 80 anys, que són els que porto pel món. L'agost de 1942, el general Rommel atacava El Alamein, la Wehrmacht arribava a les portes de Stalingrad i els americans ocupaven Guadalcanal. Tres anys de guerra i encara faltaven tres per les bombes atòmiques d'Hiroshima i Nagasaki.

No ha deixat d'haver-hi guerres. No tan grosses i potser no tan mortíferes, però no menys horribles. Algunes molt calentes i altres conegudes com a "fredes", en les que els vessaments de sang són més espaiats, però i en general, els efectes igualment indesitjables i dolorosos.

D'ençà 2010, sembla que a Catalunya també ens han declarat una guerra, freda, fins a cert punt. Després d'aprovar a totes les instàncies legals un estatut d'autonomia, uns espanyols enfervorits per un peculiar dret de conquesta van començar amb hostilitats vers Catalunya. Alfonso Guerra amenaçant amb un ribot que no aplicava a Andalusia. M. Rajoy i la Cospedal recollint signatures "contra Catalunya". Un Tribunal Constitucional mancat, amb un membre mort i un altre exclòs per haver escrit un article sobre Catalunya deu anys abans. Un continuat rebuig a qualsevol proposta des de la Generalitat. Un creixent decalatge entre recaptacions d'impostos i el necessari retorn en inversions i despeses, agreujat perquè de les minses inversions aprovades només s'executen un terç. Enfundis, mentides i calúmnies a personalitats catalanes i líders polítics fabricades des del mateix Gobierno de l'estat i canalitzades pel conducte reglamentari de les clavegueres a mitjans comprats pel poder. Campanyes continuades d'atac a les institucions catalanes i, en especial a la llengua, concretades en manipulacions de l'ensenyament amb el propòsit de "españolizar a los niños catalanes".

Això de "freda". Més calent, just ara farà cinc anys, els atacs terroristes de "falsa bandera" amb la pretensió de "dar un susto" que causaren la mort de divuit víctimes--innocents, com totes les víctimes--i mitja dotzena de jihadistes dirigits per un confident de la Guàrdia civil.

Encabat vingueren les pallisses als votants de l'1 d'octubre, l'impresentable discurs del cap de l'estat, les amenaces a les empreses perquè marxessin de Catalunya, l'aplicació matussera del l'article 155 de la Constitució, els empresonaments de líders socials i de polítics amb acusacions tramposes, el judici-farsa i condemna dels empresonats, i la continuada persecució i repressió de més de tres mil militants i activistes. Després han continuat els espionatges cibernètics, i el descobriment de les activitats il·legals dels serveis de l'estat, unes sospitades, altres conegudes, unes d'antigues i altres d'actuals, sota el paraigua d'un suposat diàleg que no sembla gaire més que un joc de patacons. Ah! i un invent amb nom anglès: "lawfare", un reguitzell d'actuacions judicials, denúncies, querelles o plets sense suport jurídic i només amb la intenció de combatre adversaris polítics. Guerra freda, guerra bruta. Guerra, tot plegat.

I sembla que va per llarg.


Tuesday, August 02, 2022

Ens han declarat la guerra

Publicat a Diari Més Tarragona, el 4 d'agost, 2022














Aquesta és l'última frase de "Pare" la cançó d'en Serrat. L'emotiva balada, un relat de com ha canviat el món d'un entorn pacífic, rural, humil, "de pagès", per esdeveniments fora de tot possible control, regalima tristor, enuig, frustració. Poden ser fenòmens naturals, sequeres, tempestes, incendis, o aiguats. També, però, sortits de la mà humana, quan es prenen decisions "aigües amunt" que modifiquen o destrueixen el medi. O, pitjor, agressions directes a les coses i a les cases, als animalons o a les persones.

Això sembla quan la successió d'incidents es repeteixen amb una freqüència inusual. Estem vivint un període històric de desastres que no semblen tenir aturador. També, però, és la successió de notícies i el temps creixent que ocupen dels noticiaris. Fins i tot els hi donem noms: Glòria, Filomena... que els identifiquen. A la repetició els hi adjudiquem el qualificatiu "d'onada": de calor, de fred, record de les onades de la mar, que no s'acaben mai, una rere l'altra fins l'infinit. Identificat tot plegat com una guerra, veiem que ens manquen recursos per a defensar-nos. Sembla doncs que, si és una guerra, aquesta la perdrem.


De guerres sembla que n'hi ha hagut des de sempre. Enteses com a conflictes entre homes han format part del gruix dels relats històrics, almenys des de l'Anàbasis. "La retirada dels deu mil", de Xenofont, apareix com el més antic relat històric de la cultura occidental. Altres, a l'Àsia, són més antics. Els conflictes s'han nomenat per la seva localització—Troia, el Peloponesi—, pels seus protagonistes—Medes o Perses—, per la seva durada—dels trenta, cent anys— o, si es repeteixen, es numeren: Primera i segona Guerra púnica, I o II Guerra Mundial. Quan les guerres són entre gents del mateix país i la mateixa cultura se'n diuen guerres civils, sovint les menys civils de les guerres, com la Guerra civil romana entre Cèsar i Pompeu (49bC-45bC), Guerra civil Americana (1861-1865) o l'Espanyola (1936-1939).

Ara fa poc que ens trobem amb una nova guerra que sembla que ens cau més a prop, a Ucraïna. Si et llences a mar a la platja del Miracle, pots arribar sense interrupcions fins a Mariúpol, relativament a prop. Socialment a prop perquè el conflicte està a la frontera just entre la Unió Europea i la Federació Russa, amb just un parell de petits països entremig. I perquè els seus efectes els comencem a notar a les alces de preus del mercat i dels combustibles. Aquí poc, però als més rics, Alemanya, els hi va l'energia. I als més pobres, africans i asiàtics, el pa, que el fan amb blat ucraïnès.

Tot plegat ens han declarat la guerra. A veure com ens defensem. De moment els morts i les bombes afecten els ucraïnesos i aquí veiem uns refugiats, ara per ara, bastant solvents. Però de la suma de canvis climàtics, fenòmens naturals i manca de recursos energètics per les dificultats de la guerra, anem de cara a dificultats que canviaran el nostre actual mode de viure.
Ens podem deprimir, entristir i lamentar-nos. Sabem que, a les guerres tothom hi perd, fins i tot els que creuen que les han guanyat. O llegir "l'Art de la guerra" de Sun Tzu i prendre decisions.

Xavier Allué
Juliol 2022