Monday, May 23, 2022

El retorno del rey



“El retorno del Rey” es el tercer volumen de la novela de fantasía heroica "El Señor de los Anillos", del escritor británico J. R. R. Tolkien, literatura excelsa. Las aventuras de Frodo y Pippin y todo el resto,  y el derroche de descripciones de la Tierra Media configuran un fascinante relato. La peli, bien. Pero la novela (las novelas) es extraordinaria. Vale para leerla de nuevo una vez cada diez años. 

“El retorno del rey emérito” es una farsa más de esta mierda de estado monárquico corrupto que padecemos. Si no fuera porque afecta a varios millones de ciudadanos españoles podría valer como historia fantástica. Pero sólo es un relato triste y vergonzante.

La monarquía supuestamente reinstaurada por el dictador sanguinario que gobernó una buena parte del siglo XX el estado español, puede ser que recoja antecedentes de la monarquía borbónica de trescientos años. Y puede equipararse en cuanto a desastres, corrupciones, abusos, injusticias y malandanzas a las anteriores. Los últimos capítulos son nuevas contribuciones a la incuria y el desastre.

La actual polémica por el retorno al territorio del estado, después de dos años de ausencia voluntaria, estimula partidarios y detractores desde una variedad de ángulos. Vale que lo de ausencia voluntaria resulta un eufemismo de fuga. El monarca abdicado puso tierra por medio mientras se estaba dilucidando su actuación delictiva. Se fue lejos, a un país de escaso pedigrí democrático que no contempla tratados de extradición con el Reino de España. Cuando las instancias judiciales, después de demostrar que efectivamente era responsable de delitos fiscales, decidieron archivar los procedimientos con la interpretación sesgada de ciertas inmunidades y prescripciones, ha regresado de forma igualmente voluntaria y sin explicaciones a nadie ni de nada.


Hay quien piensa que hace lo que le da la gana, atribuyéndole una capacidad decisoria hábil y oportuna. Otros piensan que es un caradura sinvergüenza, constantemente aprovechado de sus privilegios. También es posible que, como tantos indeseables o delincuentes, hace lo que puede, lo que le permiten y toleran y porque no tiene, para él, mejor opción.

En cualquier caso, sus hechos reflejan la catadura moral del personaje, claramente reflejada en su biografía pública.Sus hagiógrafos y defensores suelen omitir una variedad de sucesos que apenas ocultan detalles de tal catadura.


En un país que atribuye al nacimiento el carácter definitorio de las personas, se olvida que Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón nació en Roma. O sea que es italiano, ¿no?. Para los que sostienen que uno es de donde fue a la escuela, se recuerda que se educó en Portugal hasta los quince años. Después de pegarle un tiro a su hermano, se formó en las academias militares de tierra, mar, y aire, defensoras de la moral de la guerra. Para cuando continuó su educación universitaria en la Complutense ya eran conocidas sus aficiones por las señoritas de buen ver. Sus compañeras de clase recuerdan que esa afición se veía completada por la disposición de muchas a complacerlo. Esa cualidad de mujeriego, de otra manera dicha, de promiscuidad, le ha acompañado toda la vida. La promiscuidad de los próceres, en un tiempo feudal legalizada como “derecho de pernada”, se suele ver con benevolencia en las sociedades mediterráneas, a pesar de la admoniciones de las religiones contra el adulterio. Aunque cuando media una distancia de edad, posición social, autoridad o poder, se aproxima peligrosamente al estupro.


Los partidarios de interpretar los cambios políticos de la segunda mitad de los años setenta como “la transición”, se apuran a añadir el calificativo de “democrática”. Calificación más formal que real porque quedaron muchos obstáculos, pedruscos o “búnkeres” por derribar. Y, puestos a personalizarlo, atribuyen el supuesto éxito al rey nombrado por Franco. Eso sólo ya bastaría para cuestionar la calidad de democrática: fue una imposición que miedos antiguos o inmediatos a la fuerza de los militares dieron en una aceptación que tuvo algo más que sometimiento. Pero la decisión de ceder parte del poder a unas estructuras democráticas formales por parte del monarca, no fue por su magnanimidad y supuesto talante conciliador. Fue porque resultaba clarísimo que intentar mantener una jefatura del estado autoritaria no hubiese sido soportada por la gente--la gente, que eso de “el pueblo” queda como utópico y “la nación” como cuartelero--en un momento de inestabilidad. Le hubiese costado el cargo y, posiblemente, la cabeza.


En realidad el Borbón no ha hecho nunca nada por voluntad propia, real, sinó por intentar encontrar la opción que le resultara más favorable personalmente. Por un momento pensó que podía intervenir de forma más directa en modular la constitución del estado cuando quiso, y consiguió quitarse de enmedio a Adolfo Suárez con la ayuda de los militares. Calculó mal por fiarse de unos chusqueros impresentables que soñaban aún en la guerra de África y, a mitad del ejercicio, cambió de dirección y de sentido. Hay información suficiente de que estaba metido en el golpe de estado del 23 de febrero de 1982 hasta las trancas. 


Ocurre que había tres golpes organizados, dos desde los militares de dos facciones diferentes y otro desde instancias “socioeconómicas”, o sea la gente de los dineros. Todos dirigidos a cambiar la evolución constitucional que, con más o menos suerte, continuaba haciendo Adolfo Suárez. Lo que pretendían era cepillarse el estado de las autonomías que no digerían esos poderes. Al fin i al cabo, el diseño del estado de las autonomías se metió en la redacción de la Constitución para dar encaje a la situación del País Vasco y Catalunya, para lo que nadie tenía solución. Y ello con la promesa a los militares que supervisaban diariamente el redactado de la Constitución (un motorista les llevaba cada día las copias de los borradores a medida que se esribían a la sede del Estado Mayor Central en la calle Vitrubio) de que en realidad no se iba a aplicar.


Los tres proyectos de tumbar el estado los supervisaba mal que bien, el coronel Cortina, del CESID (o sea los espías) que daba cuenta de lo que le parecía a Suárez y muy probablemente al rey JC. El proyecto más avanzado era el de los militares más jóvenes (básicamente el grupo de la División Acorazada Brunete, con el general Armada por enmedio), pero programado para marzo o abril de ese año. La idea era derrocar el gobierno, suspender la Constitución y montar otra cosa, con el rey siguiendo a la cabeza. La dimisión de Suárez precipitó los planes y la oportunidad de tener en el Palacio de las Cortes a todo el gobierno y todos los diputados con la votación, movió a Tejero a tomar la iniciativa bajo el auspicio de los militares viejos (Milans del Bosch y otros). El inicio del golpe fué recibido en la Zarzuela por el rey JC con brindis de champange... pero sólo un rato, cuando el jefe del Cuarto Militar Sabino Fernandez Campo le comunicó al rey que no era el golpe de verdad.

Mientras Tejero anunciaba que llegaría a las Cortes el “Elefante Blanco”, el JC estuvo intentando coordinar con los Capitanes generales de las regiones militares para saber de hasta donde estaban dispuestos a llegar y la mitad se echaron para atrás. Tras comprobar que los generalotes no le iban a hacer caso a él ni a su compinche Armada y que, además, no tenían huevos para llevar adelante la asonada, comenzó a cambiar de opinion. Cuando el general Armada se presentó en las Cortes para intentar reconducir el lío formado, Tejero que esperaba como “elefante” al propio rey, dijo que ni hablar. Roto el posible acuerdo, ha partir de ahí, que ya serían las 10 de la noche, que los subsecretarios constituyen el gobierno provisional, Sabino monta lo de traer la televisión a la Zarzuela y conducen al rey a salir diciendo que allí no había pasado nada. El resto de la noche fue para devover los tanques de Valencia a los cuarteles y convencer a Tejero y a los guardias civiles de que se dejaran de jaranas. Así, a media noche, y acabó saliendo en la tele con la guerrera puesta y unos pantalones de chándal por debajo que no se iban a ver. Y todo para decir que “...aquí no ha pasado nada…”. Al día siguiente la gente salió en masa a la calle y le dejó muy claro que los tiempos estaban cambiando.

La macro manifestación en Madrid del dia 24 convenció al rey de que era mejor no meterse en más líos. Juan Carlos entonces decidió echar un paso atrás y dedicarse a ganar dinero y follar con sus putas...

Cuando se constituye el gobierno Calvo Sotelo a los pocos días, lo primero que hacen es aprobar la llamada LOAPA, Ley de Orgánica de Armonización de Proceso Autonómico que, de alguna forma, daba al traste con lo de las Comunidades Autónomas. A todos los efectos un resultado parcial del golpe de estado, que luego hubo que ir desmontando poco a poco hasta su derogación ya con un gobierno socialista.


A partir de ahí bajó el tono y se centró en las putas y en ganar dinero. Los de las putas, en parte, se ha pagado con demora, hasta los 100 kilos de US$ de Corinna...

Sus acólitos le montaron un sistema robusto de comisiones, básicamente del petróleo, e inversiones en empresas inmobiliarias y turísticas que no tardó en rendir pingües beneficios. Algún tropezón tuvo cuando, necesitado de liquidez, pidió un préstamo a los saudíes. Los préstamos entre reyes no tienen intereses. Por un malentendido, los bufones de la Casa Real le hicieron un feo al representante de la Casa de Saud que vino a pasar cuentas y cuando le cerraron el grifo, se vió obligado en un momento débil a pedirle un prestamito transaccional a Mario Conde. Pero una cosa es prestar dinero y otra creerse que eso te dé derecho a cogerle los huevos al prestatario. El banquero se equivocó y el estado, ese estado cabrón que no perdona y del que el Borbón era el jefe, lo acabó metiendo en la cárcel por pasarse de listo.

A los bufones que tenía para llevarle lo de los dineros se le hicieron los dedos huéspedes y pensaron que también podían sacar tajada. El Manuel Prado y Colon de Carvajal, entre otros que andaban en la administración de la fortuna del rey, también acabó en la cárcel.

Las fortunas no se ganan, se amasan. O sea que hay que magrearlas, darles vueltas, estirarlas y luego pasarles el rodillo, volverlas a amasar, dejarlas que fermenten y seguir añadiendo ingredientes para que vayan creciendo. Y evitar que no merme. Eso es lo que ha hecho el Borbón con su fortuna.


Para un país en el que todos estaban en el trinque, que “il capo de tutti il capi” sea un mangante era una garantía de que se podía seguir así. “Cosí fan tutte”. Cuando hubo un lío con los tanques Leopard II, que si los vendían a Arabia Saudí sin las aplicaciones informáticas de la dirección de tiro, eran más baratos que los que vendían los alemanes, unos y otros se pusieron de acuerdo en decir que ya había bastante y decidieron echarlo y cambiarlo por el hijo, más joven, más alto y menos putero.

Coincidió que se rompió la cadera al caerse de la cama de su última concubina cuando andaba cazando elefantes en Botswana. Aún así tuvieron que inventarse una ley de abdicación a la Jefatura del estado, notablemente fuera de la sacrosanta Constitución Española. Pero para eso están los funcionarios. Y el hijo, llamado “el Preparao”, feliz.

En el emeritazgo aguantó un tiempo, pero empezaron a salir historias sobre su fortuna, su churri se largó con 100 kilos de US$ que le había dejado para que se los guardara y desposeído de inmunidades constitucionales, los perros de la Hacienda del estado empezaron a pedir cuentas. Le hicieron un apaño, pero acabó decidiendo poner tierra por medio y se largó a Abu Dabi. Una vez más, la salida que más le convino personalmente.


A ver. Lo de la inmunidad, más bien impunidad, es otro cuento chino. El articulo 54 de la sacrosanta Constitución Española, en su apartado 3º,  dice textualmente:


“La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.”


La persona es inviolable, pero sus actos estarán siempre refrendados por:


Artículo 64

1. Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso.

2. De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.

Sus actos refrendables tendrán que ser más o menos legales, pero no delitos penales. No van a refrendar que pegue a su mujer, que le de un hachazo a su yerno (cualquiera de los dos se pudo merecer), o que viole a una menor. Ni que evada impuestos, ¡joder!. En cualquier caso, habría que meterle mano al presidente del Gobierno o al ministro del ramo que toque y refrende.

Pues los fiscales, después de admitir y pormenorizar que toda una serie de “actos” del sujeto que nos ocupa son constitutivos de delitos flagrantes, llegaron a la conclusión que quedaban cubiertos por la impunidad o bien, que por el tiempo transcurrido habían prescrito.

Y eso ha conducido al circo que se ha organizado con su retorno: “El retorno del rey”. Los tertulianos y periodistas (no son lo mismo, aunque a veces forman parte de la misma camada) se han despepitado para encontrar explicaciones a las idas y venidas. Vano esfuerzo:

¿Por qué se fue de España?: Para evadir impuestos.

¿Por qué se fue a Abu Dabi?: Para evadir impuestos (los moros no tienen acuerdo de extradición)

¿Por qué sigue allí?: Para evadir impuestos, porque su fortuna continúa produciendo los beneficios naturales de todo buen montón de dinero.

¿Por qué ha vuelto?: Por que le ha dado la gana, aunque por un tiempo breve, para seguir evadiendo impuestos (más de 180 días en territorio nacional le obligarían de declarar los beneficios y pagar impuestos)

¿Va a dar explicaciones? “Explicaciones, ¿de qué? Ja. ja, ja…


¿Vale?. Pues vale.



XA. Mayo 2022




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L'oblit

 Publicat el 23 de maig de 2022 a Diari Més de Tarragona




Tuesday, May 10, 2022

La fi justifica les formes

 Publicat el 9 de maig de 2022 a DiariMés












Versió ampliada en anglés. (English version)


























The end justifies the forms (English)


The reduction to one sentence of Niccolo Machiavelli's contribution to human relations and also to politics, like all oversimplifications, is unfair. The means may or may not be justified, but all too often what is wanted is to justify the forms. The formality of relationships is neither fortuitous nor conventional. It is, or at least usually is, operational. It has a purpose and a justification. When things go well, perfect. When they go wrong it can always be said that it could have been done differently, in some other way, shape or form.

Sometimes what is sought is to find a formula. Etymologically, formula is diminutive of form: a small form. When the adjective "magic" is added, it is expected to give results, even unexpected ones.

In conflict situations, information is essential. You must first know your situation, your approaches and your strengths. Then you have to know those of the opponent.

The political differences between the Spanish state, officially known as the "Kingdom of Spain", and Catalonia date back a very long time. Differences that have become an acute conflict in recent times and for well-known reasons. In this situation, the state has implicitly and explicitly acknowledged that Catalonia is its adversary. And, in this recognition, the urgent need to obtain information becomes real and urgent.

There is a lot of information, essential and obvious: the Catalan people have expressed their desire to resolve the conflict with the separation from the Spanish state. Catalan leaders, thinkers, scientists, authors, business people and poets have made that clear. People in gigantic rallies of hundreds of thousands on the streets and also voters at the polls in ballots, legalised or not, supported that.. No mysteries there.

There is other information that has to do with immediate intentions or activities that are interpreted as unwanted or, from a totalitarian point of view, illegal. And, above all, the identification of leaders or influential people on whom to act.

To obtain this information the state has dedicated its National Information Centre (CNI) for a long time, with uneven fortunes. For example, they were unable to find any of the ballot boxes in the 1-O referendum. Or to control some criminal Islamists in Ripoll attacking people in Barcelona Ramblas. 

Opting for another way to get information, they outsourced the service to an Israeli computer company, NSO Group, which offered a highly effective and supposedly undetectable cell phone communications spying program. The legality of this way of obtaining information is covered by its confidentiality, a state secret. In order to obtain information, the end justifies the forms.

However, that is a very questionable form of carrying politics. Spying political opponents is not accepted in any normal democracy. And spying on common people for just their ideas, political or otherwise, is indecent. Spying on lawyers in charge of the legal defence during a trial, widely exceeds the limits of justice and the legal system. That has been done with the help of cyber resources capable, not only to gather all the information of a cellular phone terminal, but to manipulate the messenger service, insert texts or images, open cameras and microphones without the knowledge of the user. Furthermore, the system used  conveys all the information obtained to the system owner, the NSO Group, which then sends it to their client, in this case, the Spanish government. That puts the information in foreign hands and questions their eventual control.

The most basic principle of anyone who deals with sensitive and secret information, which is what spies do, is not to get caught. In the field of communications, cyber or other, it is essential that, in case they are intercepted, they are hidden, encrypted. The National Cryptologic Centre (ICC), a branch of the CNI, is dedicated to this.  

Fortune did not accompany them here either. They have been caught and, in addition, there have been difficulties in protecting the communications of several members of the Government, including their Premier.

What remains to be known is what they thought of doing with the information obtained. This is more worrisome. The CNI, like similar intelligence services of different countries, not only gathers information but has assets that may act upon the information obtained. No evidence has been unearthed so far of any “wet” or “black” activities. But as they say in Galicia regarding witches (“meigas”): they do not exist, but they are…


By the way, the fact that "the end justifies the means" is not in Machiavelli's writings. It probably comes from Ovid's poem collection "Heroins", which is much softer, in the line that in love and war, all’s fair. Watch out, then


Xavier Allué

May 2022



La torre ferida per un llamp

 Publicat el 25 d'abril a DiariMés de Tarragona