Cuando los médicos aplican el calificativo de "atípico" o "atípica" a un diagnóstico en realidad están expresando un grado de incertidumbre e inseguridad. Cuando algo se manifiesta de forma atípica es de temer que no responda a los presupuestos en cuanto a forma de presentación, tratamiento o pronóstico. El caso de las neumonías atípicas es, si se me permite, típico.
Andaba yo en el que resultó ser mi último año de formación en el Hospital Infantil de la Universidad McGill, trabajando en la unidad de investigación de enfermedades pulmonares, que una mañana y sin más aviso previo, mi jefe me encomendó la presentación de un caso en la Sesión clínica general del hospital. No me ocupaba entonces de casos clínicos, liafdo en el laboratorio, pero me hice con el historial y pensando que simplemente se trataba de exponer el caso, no se me ocurrió consultar ninguna bibliografía. Pero cuando acabé de presentar el caso, esperando que alguien iniciase la discusión, la todopoderosa y estupenda Jefa del Departamento, la Dra. Mary Ellen Avery, la emprendió con una serie de preguntas casi equivalentes a un examen oral. Cuando apenas podía balbucear respuestas inconexas, a la vista del desastre, salió en mi auxilio el recientemente nombrado jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, Melvin Marks, un joven médico judío guaperas que, andando el tiempo, hizo una extraordinaria carrera en Canadá y los USA. Fue un buen quite, porque la Dra. Avery todavía estaba evaluando a la nueva estrella de su equipo y se desentendió de mi y mi ignorancia y redirigió sus preguntas al Dr. Marks. Nunca lo había pasado tan mal en un entorno académico.
Pasé un tiempo lamiéndome las heridas e intentando entender y aprender las neumonías atípicas. Para los no entendidos en Medicina y, brevemente, las neumonías atípicas son eso, pulmonías, infecciones del pulmón, pero que se deben a otros microbios y, también, se comportan de forma diferente a las neumonías típicas. Las típicas, o así se consideraban en los textos médicos de hace medio siglo, eran las más comunes, generalmente debidas a un microbio concreto. Tan concreto que se ha dado en llamar neumococo o, en terminología taxonómica latina Diplococus pneumoniae. Es, o era, la pulmonía típica a la que se refiere la gente (las madres) cuando hace frío y te dicen que te tapes, no vayas a coger una pulmonía. El neumococo habita ocasionalmente entre los microbios que tenemos en la nariz y la garganta. Un cambio brusco de temperatura puede disminuir las defensas y hacer que el microbio se haga más agresivo y nos infecte los pulmones. Por fortuna la mayor parte de las cepas de neumococo son sensibles a los antibióticos de uso más común, notablemente la penicilina, y eso ha reducido la pulmonía típica a una de esas enfermedades que hoy día se curan, cuando hace unos decenios mataba gente a puñados.
Las neumonías atípicas lo son porque se comportan diferente y las causan otros agentes infecciosos. Por ejemplo las Clamydias, responsables también de infecciones del tracto genital de las mujeres jóvenes y la Psitàcida, que la transmiten las aves domésticas como los loros, como seguro que habéis oido hablar alguna vez. O la Legionella, esa que anida en los aires acondicionados y mata ancianos cada dos por tres. También algunos virus y, muy singularmente, una agente llamado Mycoplasma pneumoniae. El mycoplasma produce neumonías, sobre todo en niños y gente joven y en ocasiones pude evolucionar a un cuadro grave.
Lo de la colza.
Los más viejos del lugar es probable que les suene lo de neumonía atípica relacionado con una epidemia horrible que tuvo lugar en España, singularmente en Madrid en la primavera de 1981: la conocida como la enfermedad del aceite tóxico de colza.
La actual situación epidémica de CoViD-19 me ha llevado a recordar aquel desastre, que causó 800 muertes inmediatas y más de 3000 en períodos posteriores, de entre los mas de 35.000 afectados.
Al presentarse los primeros casos y constituirse como un brote epidémico, las autoridades sanitarias de la época respondieron con los ahora ya bien conocidos palos de ciego e informaciones contradictorias. Los casos más graves inicialmente afectaban el sistema respiratorio y, como no lo hacían de forma "típica", se adelantó el diagnóstico de Neumonía Atípica y se atribuyó al más arriba mencionado Mycoplasma. De ahí vino lo del "bichito". En una desgraciada intervención ante los medios de comunicación, el a la sazón ministro de Sanidad afirmó que el agente causal del brote epidémico era "...un bichito que, si se cae al suelo, se muere..."
Que los ministros de Sanidad, o ahora de Salud, sean unos imbéciles impresentables forma parte de una ya larga tradición que, como vemos actualmente, no se ha roto. (Hagamos una notoria excepción con Ernest Lluch, que no hace más que confirmar la regla). Al poco se hizo evidente que la epidemia se trataba de otra cosa, el ministro fue suavemente depositado en la papelera de la historia y el partido en el gobierno, la Unión del Centro Democrático, recibió otra estocada de muerte, apenas superado el golpe de estado del 23-F, que le condujo a su desaparición.
Para los curiosos quiero recordar que la verdadera causa del síndrome tóxico atribuido al aceite de colza desnaturalizado sigue siendo un misterio. La entrada que figura en la Wikipedia en español da unas cosas por sentadas que no se reproducen en la entrada de la Vikipedia, en catalán, mucho más extensa y que, al final, aporta un listado de publicaciones críticas con la versión oficial.
Mientras tanto, los sucesivos gobiernos españoles han mantenido, dentro de la estructura del Instituto de Salud Carlos III una unidad para el estudio del síndrome tóxico que llegó a tener 600 investigadores que, lo creáis o no, no han conseguido demostrar el verdadero origen de la intoxicación más allá de unas coincidencias epidemiológicas bastante dudosas. Puta mala conciencia o, quizá, simplemente un fraude más del "deep state" que, como en los versos de Machado, desprecia lo que ignora. Hace unos años The Guardian ofreció un elegante reportaje titulado "Cover up" aquí enlazado, describiendo el fraude y su "tapadera" (in English).
Lo del coronavirus.
El coronavirus responsable de la CoViD-19 (acrónimo de Corona-Virus-Disease, más el año 2019) causa una neumonía atípica especialmente grave al distorsionar la respuesta inmunitaria del organismo. Esa respuesta, vehiculada por una estructuras enzimáticas conocidas como citokinas, altera gravemente la estructura de los alvéolos pulmonares, donde se debe realizar el intercambio de los gases de la respiración. De ahí que mientras evoluciona la enfermedad se hace necesario el soporte a la ventilación con un aparato mecánico, un respirador. Con eso se intenta ganar tiempo para que la misma inmunidad se reordene y elimine el virus y el paciente sobreviva. Si el paciente tiene otras enfermedades o es un anciano cuyas defensas inmunitarias puedan estar debilitadas, puede no tenerse ese tiempo y causar la muerte. Un mal bicho. Y los médicos hacen lo que pueden.
Mientras tanto, el gobierno actual, y más concretamente su ministerio de Sanidad, reproduce la inoperancia, despiste y estulticia que rodeó la epidemia tóxica supuestamente por el aceite adulterado del 1981. Y no es de extrañar, por más de un motivo. Uno importante es que el Ministerio de Sanidad dejó de existir para todos los efectos prácticos a finales del siglo pasado, cuando se hicieron efectivas las transferencias de las competencias en materia de Sanidad a las Comunidades Autónomas españolas. El ministerio, en el cavernoso edificio del número 18 del Paseo de Prado, que había sido antigua sede de los sindicatos verticales del franquismo y que está casi vacío, retuvo solo las competencias en materia de Sanidad Exterior, la Agencia Española del Medicamento y una supuesta y nunca ejercida Alta Inspección. Y el más arriba mencionado Instituto de salud Carlos III. Allí no quedan muchas mentes pensantes, refugio de cargos y carguillos que los sucesivos cambios de gobierno no hacen más que mantener.
El gobierno del PSOE, tan federalista, perdió una oportunidad dorada de dejar que las CCAA, que tienen los recursos asistenciales, conocen su entorno y características de la población, se hiciesen cargo de la respuesta asistencial. Mantenerse por encima, ofrecer todo los apoyos y facilitar los contactos comerciales para el suministros de material, medios y fármacos y vacunas y que se apañasen con los problemas de la contención de la gente hubiese sido más inteligente. Si no les iba a todos por igual, allá se las arreglasen compitiendo en una liga de ver a quien se le morían más pacientes. Lo que sí que debe corresponder la gobierno central es la gestión del desastre económico y, al menos, intentar mediante políticas específicas atenuar los efectos del parón de actividad, aplazar impuestos y regular gabelas y alquileres, que para eso si tiene atribuciones e instrumentos.
Pero les puede el centralismo, de otra forma dicho, el madrileñismo militante. Siendo un poco cínicos, si, encima, el desastre se cernía principalmente sobre Madrid, dejar que allá se las componga la psicópata de la Diaz Ayuso. Pues no. Y además está lo de Cataluña. Algún genio monclovita avistó una oportunidad de asestarle un golpe serio al independentismo. La perversilla de Soraya Saez ya lo intentó cuando lo del atentado yihadista-CNI del 17 de agosto del 2017. A media tarde andaba a gritos por los pasillos de la Moncloa agitando papeles diciendo: "¡Ya está, ya está!!. Mandamos el ejército". Una llamada al Estado Mayor de la Defensa, que enseguida preguntaron cómo tenían previsto pagar los desplazmientos y horas extras y se acabó el negocio. Ahora se trataba de quitarle poderes al Quim Torra y, por fin, poder mandar el ejército. No se me oculta que alguna intervención ha tenido el, así llamado, jefe del estado que en cosas de los militares mantiene una linea de mando robusta. Con el culo escocido por la revelación de algo conocido por todo el mundo como los tejemanejes financieros del rey viejo, intentar poner distancia y reclamar la sacrosanta unidad de la nación es una excelente muestra de que le importa más España que los españoles. De ahí la imposición de la presencia de los espantapájaros enmedallados en las ruedas de prensa de cada mediodía, como ya hemos comentado en otra entrada de este blog. Reclamar la unidad y, al mismo tiempo, decretar el aislamiento es una especie de epítome de las incongruencias. De esta vamos a salirnos no unidos, sino separados. Por lo menos 1 metro y medio.
La gente estamos padeciendo una epidemia, pagándola con muertos y otros sufrimientos. Pero me da que el estado central está sufriendo una grave congestión que, dado su estado de senectud y su escasa inmunidad frente los ataques de la realidad, le puede costar la vida.
Como ya se ha dicho, con lo de la globalización, un estornudo en China se convierte aquí en una pulmonía. Atípica.
Xavier Allué
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Thursday, March 26, 2020
Wednesday, March 25, 2020
El "Equipo Médico Habitual"
Escribo esto en español (yo escribo en español, un idioma universal, porque he superado el castellano) en parte porque se refiere a una realidad española y en parte porque hace referencia a un período histórico español y, como dice Rajoy, muy español.
A cualquiera que tenga menos de 50-55 años el titular no le sonará a nada conocido. A los más mayores, quizá a algo que desearan olvidar. En el otoño de 1975 el viejo dictador decidió morirse. O al menos eso es lo que parecía porque el dictador hacía siempre lo que le venía en gana. Justo después de los últimos asesinatos, los fusilamientos del 27 de septiembre de cinco activistas, miembros de ETA y anarquistas que nos encogieron aún más nuestras almas, el dictador hizo su última aparición en público. Desde el balcón del Palacio Real quiso concitar adhesiones y confirmar su talante represor reciente. No es que hiciese fresco esa mañana del otoño madrileño, pero ya fuera por los que le aclamaban o por contagio de alguno de los miembros de su numeroso séquito, contrajo una afección respiratoria que, dada su salud, al parecer evolucionó hacia una neumonía. La postración y la senectud llevaron a una evolución desfavorable y una trombosis mesentérica condujo a ser intervenido quirúrgicamente en las caballerizas del Palacio del Pardo, por no haber sitio mejor y a donde llegó cargado en una alfombra por falta de angarillas u otro medio de transporte desde sus aposentos. La cutrez del escenario resulta el epítome de lo que fue la dictadura. A partir de ahí su estado se hizo irrecuperable.
La dirección, o mejor, la manipulación, porque de ejercicio profesional tuvo poco, de su asistencia estaba en manos de su yerno, un mediocre cirujano que tiempo atrás había intentado sin éxito realizar un transplante cardíaco. En algún momento de mediados de octubre se decidió el traslado del enfermo al Hospital "La Paz", orgullo de los centros hospitalarios del régimen, llamado eufemísticamente "Ciudad Sanitaria" porque al régimen lo de hospital sonaba a pobre o peregrinos.
Ingresado en la UCI, fue conectado a un respirador Siemens Servo-ventilator 900, el primero importado a España y por el que suspirábamos los que en aquella época nos dedicábamos a esos menesteres de la ventilación asistida.
El gobierno, el gobierno del estado o el estado o el núcleo duro que venía a ser la "Casa civil de su Excelencia" o lo que fuere, ofrecía periódicamente un informe del estado del dictador. Primero fue una breve nota distribuida a las agencias de noticias, generalmente la Agencia EFE, inicial "F" que es también la de "falsa". Casi inmediatamente se sucedieron apariciones en televisión de facultativos del hospital y los "partes", esos informes breves de la jerga militar que habían penetrado las estructuras médicas en cuarenta años de dictadura, venían firmados por un grupo de facultativos que fue haciéndose cada vez más numeroso.
Por aquel entonces, hacía poco que habían nombrado director del hospital donde trabajaba a un personaje peculiar. Los nombramientos de directivos se hacían desde los servicios centrales de Madrid y rara vez despertaban interés entre el personal del centro o la población en general. En esta ocasión, sin embargo, la noticia apareció en la prensa local. Se trataba de un doctor García-Valdecasas, joven sobrino de uno de los primeros falangistas, amigo personal del fundador de la Falange Española Jose Antonio Primo de Rivera, y también sobrino del catedrático de Farmacología y rector de la Universidad de Barcelona Francisco García-Valdecasas, famoso por sus acciones represivas el movimiento estudiantil en Barcelona a finales de los años 60. Que saliese la noticia en la prensa no parecía tener mucho sentido, aunque en el curriculum vitae publicado, notablemente escaso de méritos académicos o profesionales, aparecía el dato: "...se quedó huérfano a los treinta y dos años..." (sic!). Tan notable desgracia sirvió para darnos una idea del personaje y su talante, rápidamente calificado de "trepa" y con apoyos familiares.
Al poco tiempo, a la ya larga lista, de más de una docena de facultativos, que firmaban los partes diarios de la enfermedad del dictador, se vio incrementada por la presencia del ínclito Valdecasas, súbitamente nombrado director de "La Paz". Al parecer, el núcleo familiar y político el dictador venía detectando filtraciones de información desde el hospital y decidieron colocar por encima una persona de lealtad y confianza del régimen para controlar la situación.
La repetición de informes diarios sin apenas contenido y el tedioso recitado de los nombres de todos los facultativos supuestamente implicados en la atención al paciente, a alguna mente brillante de los servicios informativos se le ocurrió substituirla por la fórmula. "Firmado: el equipo médico habitual". Nunca se supo de quien partió la idea: si de un comunicador, un político o de los propios médicos, cada vez menos interesados en ver sus nombres ligados al previsible final de la dictadura. Del Valdecasas nunca más se supo, perdido su protagonismo en el "equipo médico habitual"
Ahora, en medio de la epidemia de CoVid-19, contemplamos la no menos tediosa aparición en la televisión del portavoz del gobierno para el tema, el Dr. Fernando Simón, curiosamente flanqueado por tres sujetos uniformados en traje de paseo. La presencia de miembros de las fuerzas armadas en una rueda de prensa no se ve en ningún otro sitio. El despliegue de condecoraciones en su vestimenta llama la atención como algo de otro mundo, de otro país. De lo que recuerdo de mi etapa de servicio militar obligatorio, el atuendo reglamentario incluía un uniforme "de faena" o de maniobras, un uniforme de paseo, para eso, para pasearse; y un uniforme de gala que para los oficiales generales incluía el fajín, la faja de colores brillantes. Por lo menos podían ponerse el traje de faena; parecería que están trabajando en algo. Los tres personajes, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el General Jefe de la Guardia Civil y el de la Policía configuran una escena alejadísima de la realidad de una situación de alarma sanitaria. Y con el paso de los días, cada vez es más evidente que no tienen nada que aportar, aparte de pequeños datos anecdóticos ante la magnitud de la situación que poco pueden hacer para cambiarla. Mayormente parecen justificar su presencia. Los manierismos milicianos como "dar la novedad" suenan ridículos. "Sin novedad en el frente" cuando la cifra de muertos por la epidemia es de varios millares y crece cada día que pasa, añade un tinte de perversidad macabra. O quizá refleja que, por lo que respecta a su actuación, no han nada nuevo que contar. A ello se añade la referencia a que las fuerzas armadas continúan realizando sus tareas habituales de la defensa "...incluyendo la de los islotes de soberanía..." y "...la participación en las fuerzas desplazadas a escenarios bélicos por los compromisos internacionales contraídos...". O sea Perejil, el Peñón de Alhucemas, Alborán, etc... También indica que como las fuerzas desplazadas a Oriente Medio, como no tienen el relevo hasta mediados de mayo, ya están bien donde están.
En el postureo se incluye la ocasional (una vez) desinfección del aeropuerto del Prat, mientras que el equipo de limpieza del aeropuerto la realiza de forma continuada día y noche, y la detección por los militares de cadáveres abandonados en una residencia de ancianos de Madrid de la que habían huido despavoridas las monjas responsables.
El ejército de Tierra solamente dispone de un regimiento supuestamente experto en la defensa frente ataques de tipo biológico. Lo que se conoce como Defensa NBQ: Nuclear, Bacteriologica (o Biológica) y Química. Se trata del Regimiento "Valencia 1" con sede en Paterna, creo, y compuesto de 350 soldados y oficiales. No es mucho, ni hemos oído hablar de ellos en ningún momento.
El general Villaroya me despertaba un cierto interés. Nacido en La Galera, un pueblo de la comarca del Montsiá, al sur de la provincia de Tarragona, añade a su apellido de origen aragonés (Villaroya és "villa roja", un toponímico) el de Vilalta, apellido catalán común. Mi familia tiene raíces en el pueblo de al lado, Santa Bárbara. El mejor amigo de mi suegro era el "Pep de la Galera", Josep Arasa. Que el general fuese aviador podía anunciar una cierta calidad, como la que hace a los miembros del ejército del Aire algo más, no se como decirlo, moderno o actual que los de Tierra o los marinos, tradicionalmente muy conservadores. No es que, por ello, me haya decepcionado. La Fuerzas Armadas españolas continúan siendo un baluarte del conservadurismo más rancio. La imagen del "equipo médico-militar habitual" que a la hora del Ángelus nos ilustra cada día sobre la tremenda situación a la que nos ha conducido, es cierto que un virus maligno, pero también la obtusa obstinación en negar la evidencia en aras de una política centralizadora, es muy de lamentar.
Todo ello parece confirmar la idea de que el estado, porque ya no se si es el gobierno, sigue más interesado en defender a su idea de España que a los españoles. Tampoco se me escapa que detrás de la presencia d militares en las sesiones de información esté la figura del Jefe de las Fuerzas Armadas, el actual titular de la jefatura del estado, cuyo inane discurso de hace unos días, lleno de palabras huecas y modismos trasnochados, ha provocado repulsa y caceroladas por todo el país. Parecen más dispuestos a sacrificar vidas que a darle la razón el president de la Generalitat y arbitrar medidas que ya han sido desarrolladas en otros países.
Ya pasaremos cuentas.
25 de marzo de 2020
A cualquiera que tenga menos de 50-55 años el titular no le sonará a nada conocido. A los más mayores, quizá a algo que desearan olvidar. En el otoño de 1975 el viejo dictador decidió morirse. O al menos eso es lo que parecía porque el dictador hacía siempre lo que le venía en gana. Justo después de los últimos asesinatos, los fusilamientos del 27 de septiembre de cinco activistas, miembros de ETA y anarquistas que nos encogieron aún más nuestras almas, el dictador hizo su última aparición en público. Desde el balcón del Palacio Real quiso concitar adhesiones y confirmar su talante represor reciente. No es que hiciese fresco esa mañana del otoño madrileño, pero ya fuera por los que le aclamaban o por contagio de alguno de los miembros de su numeroso séquito, contrajo una afección respiratoria que, dada su salud, al parecer evolucionó hacia una neumonía. La postración y la senectud llevaron a una evolución desfavorable y una trombosis mesentérica condujo a ser intervenido quirúrgicamente en las caballerizas del Palacio del Pardo, por no haber sitio mejor y a donde llegó cargado en una alfombra por falta de angarillas u otro medio de transporte desde sus aposentos. La cutrez del escenario resulta el epítome de lo que fue la dictadura. A partir de ahí su estado se hizo irrecuperable.
La dirección, o mejor, la manipulación, porque de ejercicio profesional tuvo poco, de su asistencia estaba en manos de su yerno, un mediocre cirujano que tiempo atrás había intentado sin éxito realizar un transplante cardíaco. En algún momento de mediados de octubre se decidió el traslado del enfermo al Hospital "La Paz", orgullo de los centros hospitalarios del régimen, llamado eufemísticamente "Ciudad Sanitaria" porque al régimen lo de hospital sonaba a pobre o peregrinos.
Ingresado en la UCI, fue conectado a un respirador Siemens Servo-ventilator 900, el primero importado a España y por el que suspirábamos los que en aquella época nos dedicábamos a esos menesteres de la ventilación asistida.
El gobierno, el gobierno del estado o el estado o el núcleo duro que venía a ser la "Casa civil de su Excelencia" o lo que fuere, ofrecía periódicamente un informe del estado del dictador. Primero fue una breve nota distribuida a las agencias de noticias, generalmente la Agencia EFE, inicial "F" que es también la de "falsa". Casi inmediatamente se sucedieron apariciones en televisión de facultativos del hospital y los "partes", esos informes breves de la jerga militar que habían penetrado las estructuras médicas en cuarenta años de dictadura, venían firmados por un grupo de facultativos que fue haciéndose cada vez más numeroso.
Por aquel entonces, hacía poco que habían nombrado director del hospital donde trabajaba a un personaje peculiar. Los nombramientos de directivos se hacían desde los servicios centrales de Madrid y rara vez despertaban interés entre el personal del centro o la población en general. En esta ocasión, sin embargo, la noticia apareció en la prensa local. Se trataba de un doctor García-Valdecasas, joven sobrino de uno de los primeros falangistas, amigo personal del fundador de la Falange Española Jose Antonio Primo de Rivera, y también sobrino del catedrático de Farmacología y rector de la Universidad de Barcelona Francisco García-Valdecasas, famoso por sus acciones represivas el movimiento estudiantil en Barcelona a finales de los años 60. Que saliese la noticia en la prensa no parecía tener mucho sentido, aunque en el curriculum vitae publicado, notablemente escaso de méritos académicos o profesionales, aparecía el dato: "...se quedó huérfano a los treinta y dos años..." (sic!). Tan notable desgracia sirvió para darnos una idea del personaje y su talante, rápidamente calificado de "trepa" y con apoyos familiares.
Al poco tiempo, a la ya larga lista, de más de una docena de facultativos, que firmaban los partes diarios de la enfermedad del dictador, se vio incrementada por la presencia del ínclito Valdecasas, súbitamente nombrado director de "La Paz". Al parecer, el núcleo familiar y político el dictador venía detectando filtraciones de información desde el hospital y decidieron colocar por encima una persona de lealtad y confianza del régimen para controlar la situación.
La repetición de informes diarios sin apenas contenido y el tedioso recitado de los nombres de todos los facultativos supuestamente implicados en la atención al paciente, a alguna mente brillante de los servicios informativos se le ocurrió substituirla por la fórmula. "Firmado: el equipo médico habitual". Nunca se supo de quien partió la idea: si de un comunicador, un político o de los propios médicos, cada vez menos interesados en ver sus nombres ligados al previsible final de la dictadura. Del Valdecasas nunca más se supo, perdido su protagonismo en el "equipo médico habitual"
Ahora, en medio de la epidemia de CoVid-19, contemplamos la no menos tediosa aparición en la televisión del portavoz del gobierno para el tema, el Dr. Fernando Simón, curiosamente flanqueado por tres sujetos uniformados en traje de paseo. La presencia de miembros de las fuerzas armadas en una rueda de prensa no se ve en ningún otro sitio. El despliegue de condecoraciones en su vestimenta llama la atención como algo de otro mundo, de otro país. De lo que recuerdo de mi etapa de servicio militar obligatorio, el atuendo reglamentario incluía un uniforme "de faena" o de maniobras, un uniforme de paseo, para eso, para pasearse; y un uniforme de gala que para los oficiales generales incluía el fajín, la faja de colores brillantes. Por lo menos podían ponerse el traje de faena; parecería que están trabajando en algo. Los tres personajes, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el General Jefe de la Guardia Civil y el de la Policía configuran una escena alejadísima de la realidad de una situación de alarma sanitaria. Y con el paso de los días, cada vez es más evidente que no tienen nada que aportar, aparte de pequeños datos anecdóticos ante la magnitud de la situación que poco pueden hacer para cambiarla. Mayormente parecen justificar su presencia. Los manierismos milicianos como "dar la novedad" suenan ridículos. "Sin novedad en el frente" cuando la cifra de muertos por la epidemia es de varios millares y crece cada día que pasa, añade un tinte de perversidad macabra. O quizá refleja que, por lo que respecta a su actuación, no han nada nuevo que contar. A ello se añade la referencia a que las fuerzas armadas continúan realizando sus tareas habituales de la defensa "...incluyendo la de los islotes de soberanía..." y "...la participación en las fuerzas desplazadas a escenarios bélicos por los compromisos internacionales contraídos...". O sea Perejil, el Peñón de Alhucemas, Alborán, etc... También indica que como las fuerzas desplazadas a Oriente Medio, como no tienen el relevo hasta mediados de mayo, ya están bien donde están.
En el postureo se incluye la ocasional (una vez) desinfección del aeropuerto del Prat, mientras que el equipo de limpieza del aeropuerto la realiza de forma continuada día y noche, y la detección por los militares de cadáveres abandonados en una residencia de ancianos de Madrid de la que habían huido despavoridas las monjas responsables.
El ejército de Tierra solamente dispone de un regimiento supuestamente experto en la defensa frente ataques de tipo biológico. Lo que se conoce como Defensa NBQ: Nuclear, Bacteriologica (o Biológica) y Química. Se trata del Regimiento "Valencia 1" con sede en Paterna, creo, y compuesto de 350 soldados y oficiales. No es mucho, ni hemos oído hablar de ellos en ningún momento.
El general Villaroya me despertaba un cierto interés. Nacido en La Galera, un pueblo de la comarca del Montsiá, al sur de la provincia de Tarragona, añade a su apellido de origen aragonés (Villaroya és "villa roja", un toponímico) el de Vilalta, apellido catalán común. Mi familia tiene raíces en el pueblo de al lado, Santa Bárbara. El mejor amigo de mi suegro era el "Pep de la Galera", Josep Arasa. Que el general fuese aviador podía anunciar una cierta calidad, como la que hace a los miembros del ejército del Aire algo más, no se como decirlo, moderno o actual que los de Tierra o los marinos, tradicionalmente muy conservadores. No es que, por ello, me haya decepcionado. La Fuerzas Armadas españolas continúan siendo un baluarte del conservadurismo más rancio. La imagen del "equipo médico-militar habitual" que a la hora del Ángelus nos ilustra cada día sobre la tremenda situación a la que nos ha conducido, es cierto que un virus maligno, pero también la obtusa obstinación en negar la evidencia en aras de una política centralizadora, es muy de lamentar.
Todo ello parece confirmar la idea de que el estado, porque ya no se si es el gobierno, sigue más interesado en defender a su idea de España que a los españoles. Tampoco se me escapa que detrás de la presencia d militares en las sesiones de información esté la figura del Jefe de las Fuerzas Armadas, el actual titular de la jefatura del estado, cuyo inane discurso de hace unos días, lleno de palabras huecas y modismos trasnochados, ha provocado repulsa y caceroladas por todo el país. Parecen más dispuestos a sacrificar vidas que a darle la razón el president de la Generalitat y arbitrar medidas que ya han sido desarrolladas en otros países.
Ya pasaremos cuentas.
25 de marzo de 2020
Tuesday, March 24, 2020
Una certa immunitat
Publicat a les xarxes cap el 21
de març
Una Certa Immunitat.
Immunitat es un mot multiutilitzat recentment en diferents situacions: desde la vergonyant dels caps de l'estat anterior i actual, fins a la que tots voldriem contra qualsevol mal encomenadis.
He esperat fins avui vespre, tres setmanes després del desplaçament a l'acte de Perpinya el 29 de febrer. Em va sorprende aleshores que no es sentiren crítiques o es produïsin accions que relacionaren l'acta multitudinari i l'imminent epidemia del Covid19. Aquell mateix dia, França va tancar el Louvre. El maleït Gobierno d'España no va prendre iniciatives maléfiques com les que ens te acostumats contra l'aplec o els catalans. Entenc que es deu a l'ignorancia i la incuria tan habitual a l'estat per tot el que te a veure amb Catalunya i els catalans.
A hores d'ara no ha aparegut cap indicació o dada que relacioni la concentracio de 200.000 catalans a Perpinyà i l'aparicio o diagnostic de casos d'infecció pel Covid19 passats ja 21 dies.
No se si això es deu a una certa immunitat. Una immunitat biológica o, potser, una immunitat als insults, les mentides, les agressions verbals o judicials que ens ataquen com a poble.
Sobreviurem. Fins la victòria. Visca Catalunya!
XA. Consell local x la república. Tarragona.
de març
Una Certa Immunitat.
Immunitat es un mot multiutilitzat recentment en diferents situacions: desde la vergonyant dels caps de l'estat anterior i actual, fins a la que tots voldriem contra qualsevol mal encomenadis.
He esperat fins avui vespre, tres setmanes després del desplaçament a l'acte de Perpinya el 29 de febrer. Em va sorprende aleshores que no es sentiren crítiques o es produïsin accions que relacionaren l'acta multitudinari i l'imminent epidemia del Covid19. Aquell mateix dia, França va tancar el Louvre. El maleït Gobierno d'España no va prendre iniciatives maléfiques com les que ens te acostumats contra l'aplec o els catalans. Entenc que es deu a l'ignorancia i la incuria tan habitual a l'estat per tot el que te a veure amb Catalunya i els catalans.
A hores d'ara no ha aparegut cap indicació o dada que relacioni la concentracio de 200.000 catalans a Perpinyà i l'aparicio o diagnostic de casos d'infecció pel Covid19 passats ja 21 dies.
No se si això es deu a una certa immunitat. Una immunitat biológica o, potser, una immunitat als insults, les mentides, les agressions verbals o judicials que ens ataquen com a poble.
Sobreviurem. Fins la victòria. Visca Catalunya!
XA. Consell local x la república. Tarragona.
Monday, March 23, 2020
Segon dia de primavera
Segon dia de primavera. Good news and bad news.
A veure, minyons. Si heu fet bondat i heu estat confinats d'ençà que ho van ordenar les autoritats catalanes, esteu entrant en el novè dia. Si no heu tingut símptomes, el més probable és que no heu agafat el virus. Tot i que el temps d'incubació pot arribar a ser de 14 dies, és també probable que els que passen un temps d'incubació més llarg tinguin un quadre dels més lleus. Tranquils, us en sortireu d'aquesta.
Però només si continueu confinats: no heu agafat el virus (o el virus no us ha agafat) i, per tant, encara sou susceptibles a agafar-ho. Especialment ara que anem arribant al pic de casos, és quan hi ha més gent portadora, el que incrementa les possibilitats d'agafar-ho. Compta, doncs, i tancats a casa.
Si heu tingut o teniu símptomes lleus, tant de bo. Sou contagiosos però també quedareu, almenys un temps, immunitzats. Quan passi el periode contagiositat (unes 3 setmanes) podreu anar pel món tranquils. La resta no, mentre continuïn havent-hi nous casos. Del que es pugui considerar el darrer nou cas, compteu quinze dies abans de pensar que això s'acaba... Per Sant Jordi no. Potser per Sant Joan.
A veure, minyons. Si heu fet bondat i heu estat confinats d'ençà que ho van ordenar les autoritats catalanes, esteu entrant en el novè dia. Si no heu tingut símptomes, el més probable és que no heu agafat el virus. Tot i que el temps d'incubació pot arribar a ser de 14 dies, és també probable que els que passen un temps d'incubació més llarg tinguin un quadre dels més lleus. Tranquils, us en sortireu d'aquesta.
Però només si continueu confinats: no heu agafat el virus (o el virus no us ha agafat) i, per tant, encara sou susceptibles a agafar-ho. Especialment ara que anem arribant al pic de casos, és quan hi ha més gent portadora, el que incrementa les possibilitats d'agafar-ho. Compta, doncs, i tancats a casa.
Si heu tingut o teniu símptomes lleus, tant de bo. Sou contagiosos però també quedareu, almenys un temps, immunitzats. Quan passi el periode contagiositat (unes 3 setmanes) podreu anar pel món tranquils. La resta no, mentre continuïn havent-hi nous casos. Del que es pugui considerar el darrer nou cas, compteu quinze dies abans de pensar que això s'acaba... Per Sant Jordi no. Potser per Sant Joan.
21 de març de 2020
CoViD-19, a new adventure
Well into the second month of what has become the most threatening epidemic in the recent past, I retake this blog just to preserve some of the writings I have been publishing in different social media. Eventually, many will seem useless, outdated, senseless and even ridiculous, but that is what happens with history, anyway.
The following was written to advise English speaking visitors and tourists in our area two days before the government declared the state of alarm ordering the confinement of the population.
GENERAL RECOMMENDATIONS IN THE SITUATION OF HOME CONFINEMENT IN CATALONIA 2020
Coronavirus (COVID-19) epidemic. This current epidemy is caused by a virus of the same family of SARS and MERS although causes much less severe illness. Most patients will only suffer like a cold or mild flu with fever (low grade), cough, throat pain, tiredness and malaise. Less than 5%, particularly the immunosuppressed, the elderly and people with chronic or multiple diseases, will go into a more severe clinical situation with pneumonia and multiorgan failure that may lead to death.
At the moment there is no vaccine for the COVID-19 and antiviral agents are only partially successful in treatment.
The infection is transmitted only from person to person. No food, water, open-air nor pets carry the virus. Surfaces, appliances or handles touched by contagious people may contain the virus, but that only for a few minutes, perhaps a few hours, as the virus cannot survive out of a living person.
People who get the virus may be contagious for some 10 to 14 days.
Measures of control. Public. They are aimed to reduce the number of cases by keeping people away from each other The main concern is that a rapidly spreading epidemy may clog up the Health system and resources. Thus the confinement orders include the closing of schools, sports and other public events and shows, as well as stores, shop malls, bars, restaurants, meetings or any other situations that gather people. And reduce trips and travel to a minimum. People are to stay at home.
Private. Stay away from other persons, keeping at least a 3-4 foot distance, as the droplets everyone emits with breathing and speech fell down. Do not kiss, embrace or otherwise touch anyone if at all possible.
Face masks are of little use unless you are contagious yourself.
Wear disposable gloves or some other piece of cloth, plastic or disposable tissue when touching door handles, rails, elevator buttons or switches. And wash your hands often.
The whole idea is not just to protect yourselves but to protect others should you may be an unsuspected carrier of the virus.
Everyday survival. Up to now, the government assures the supply of basic food and medicines. Food stores, supermarkets and pharmacies will remain open.
No need to hoard food. However, to reduce walks to the shops, a good idea is to get supplies (for a week or so) of basic non-perishable food staples such as rice, pasta, beans, oil or butter, bread or crackers, or some canned or frozen food. Fruits and vegetables should be available as fruit shops and street open vendors will be operative.
Entertainment. As museums and exhibitions, as well as public shows, are all closed down, walks and exercise in open spaces with no people are recommended. The local beaches are a very good choice.
Money. Although you can use credit cards just about everywhere, some small shops and street vendor may shun away from a foreign credit card. Get some cash from a teller as a reserve, as it may be possible tellers may no be refurbished and run out of money.
Tarragona, March 14th, 2020
.
A few days later the epidemic was raging on and the confinement orders were more strict, open markets and street vendors were forbidden. Everybody was to stay at home. Parks, public spaces and even beaches were also closed...
The following was written to advise English speaking visitors and tourists in our area two days before the government declared the state of alarm ordering the confinement of the population.
GENERAL RECOMMENDATIONS IN THE SITUATION OF HOME CONFINEMENT IN CATALONIA 2020
Coronavirus (COVID-19) epidemic. This current epidemy is caused by a virus of the same family of SARS and MERS although causes much less severe illness. Most patients will only suffer like a cold or mild flu with fever (low grade), cough, throat pain, tiredness and malaise. Less than 5%, particularly the immunosuppressed, the elderly and people with chronic or multiple diseases, will go into a more severe clinical situation with pneumonia and multiorgan failure that may lead to death.
At the moment there is no vaccine for the COVID-19 and antiviral agents are only partially successful in treatment.
The infection is transmitted only from person to person. No food, water, open-air nor pets carry the virus. Surfaces, appliances or handles touched by contagious people may contain the virus, but that only for a few minutes, perhaps a few hours, as the virus cannot survive out of a living person.
People who get the virus may be contagious for some 10 to 14 days.
Measures of control. Public. They are aimed to reduce the number of cases by keeping people away from each other The main concern is that a rapidly spreading epidemy may clog up the Health system and resources. Thus the confinement orders include the closing of schools, sports and other public events and shows, as well as stores, shop malls, bars, restaurants, meetings or any other situations that gather people. And reduce trips and travel to a minimum. People are to stay at home.
Private. Stay away from other persons, keeping at least a 3-4 foot distance, as the droplets everyone emits with breathing and speech fell down. Do not kiss, embrace or otherwise touch anyone if at all possible.
Face masks are of little use unless you are contagious yourself.
Wear disposable gloves or some other piece of cloth, plastic or disposable tissue when touching door handles, rails, elevator buttons or switches. And wash your hands often.
The whole idea is not just to protect yourselves but to protect others should you may be an unsuspected carrier of the virus.
Everyday survival. Up to now, the government assures the supply of basic food and medicines. Food stores, supermarkets and pharmacies will remain open.
No need to hoard food. However, to reduce walks to the shops, a good idea is to get supplies (for a week or so) of basic non-perishable food staples such as rice, pasta, beans, oil or butter, bread or crackers, or some canned or frozen food. Fruits and vegetables should be available as fruit shops and street open vendors will be operative.
Entertainment. As museums and exhibitions, as well as public shows, are all closed down, walks and exercise in open spaces with no people are recommended. The local beaches are a very good choice.
Money. Although you can use credit cards just about everywhere, some small shops and street vendor may shun away from a foreign credit card. Get some cash from a teller as a reserve, as it may be possible tellers may no be refurbished and run out of money.
Tarragona, March 14th, 2020
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A few days later the epidemic was raging on and the confinement orders were more strict, open markets and street vendors were forbidden. Everybody was to stay at home. Parks, public spaces and even beaches were also closed...
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