Friday, August 12, 2011

No se os puede dejar solos


No se os puede dejar solos. Me quito de en medio unos días por vacaciones y os ponéis a quemar Londres… podría decir Mr. Cameron, el actual premier inglés en vista de los acontecimientos que aquejan estos días muchas ciudades de Inglaterra—curiosamente no de los otros miembros del Reino Unido, Escocia o Gales—con notable dramatismo.

Y, sobre todo, por la decidida interpretación que de los acontecimientos viene a hacer el propio gobierno británico y una buena parte de la prensa publicada que, sostienen, que se trata de una cuestión de pura delincuencia cuyo único tratamiento es policial.

Tengo que lamentar que éste es el tipo de violencia que anunciaba en las dos entradas anteriores, aunque no pensando en el Reino Unido precisamente. Ya hemos visto lo sucedido en Grecia. Y todo lo que viene ocurriendo en los países árabes, aunque los contextos puedan ser diferentes.

Obviamente que los paralelismos con el movimiento de los, así llamados, indignados son fáciles, lo mismo que lo son las enormes distancias que separan las acciones de éstos con la violencia desatada en Inglaterra. Pero no lo son tanto los substratos.

Lo que resulta evidente es que una explosión de violencia de semejante extensión se tiene que asentar sobre unas condiciones y circunstancias que la propicien y que han sido suficientemente mencionadas: falta de perspectivas, fracaso escolar, desempleo crónico, marginación, pobreza, hacinamiento, exclusión social, prejuicios raciales y media docena más que se arrastran desde hace mucho tiempo y que se han visto agravadas por la actual crisis económica.

Andy Robinson explica en La Vanguardia la Economía de los disturbios y los relaciona con la desigualdad. Un niño de cada cuatro en Tottenham nace en una familia sin ingresos: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20110812/54199280304/economia-de-disturbios.html

Todo eso también puede suceder aquí. Gavin Knight en El País del jueves 11, http://www.elpais.com/articulo/internacional/He/visto/lado/oculto/Reino/Unido/elpepiint/20110811elpepiint_4/Tes relata una especie de descenso a los infiernos en diveros lugares de Inglaterra como policía. Cualquier Policia nacional o Mosso d’Esquadra podría pintar un escenario parecido en la periferia de Madrid o Barcelona. La Kale Borroka bilbaina no la inventaron en Manchester tampoco.

Pero no menos importantes son las deficiencias de la educación. No sólo a la educación formal, escolar, lamentablemente insuficiente o hasta inexistente--el absentismo escolar es una plaga--sino la que debe proporcionar la sociedad, entendida ésta como y principalmente los padres y, además todos los otros elementos: medios de comunicación como medios y sus contenidos como base. Con telebasura, salarios de banqueros astronómicos, impunidad de plutócratas especuladores y políticos corruptos, adoración de ídolos mezquinos y promocion obscena del consumismo, no educamos nada bien. Y no sólo a los marginados, sino a toda nuestra población.

No me cabe duda que el control y el orden en las ciudades es una materia policial. Pero no acepto que se trate de una explosión de delincuencia y criminalidad simplemente concentrada y violenta ocasional. Una cosa es que los actos vandálicos conviertan a sus perpetradores en criminales y otra que todos los que participan en los disturbios sean delincuentes.

Uno se pregunta si el señor Cameron puede movilizar 16.000 “bobbies” en 24 horas, no podría en algo más de tiempo movilizar otras tantos maestros y trabajadores sociales (y, si cree que los alborotadores estan enfermos, porqué no pediatras), e invertir lo que se va a gastar en tanques de agua y pelotas de goma en instrumentos de educación.

Cabe añadir que responsabilizar al Blackberry Messenger y a Twitter de los disturbios y los estragos, es la consabida—y en este caso literalmente—inmolación del mensajero. Todas las convocatorias en esta segunda década del siglo van a ser por teléfono móvil. Como hace 100 años se hacía con octavillas o, si me apuras, a gritos de un patio de vecinos a otro.

Como pocas cosas son nuevas bajo el sol, se puede citar a Virgilio via Servius: Indignata. Quia iuvenis erat. Indignado, furioso, porque era joven.

Pero cada vez veo más motivos para la indignación.


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